La Madre, bajo un árbol trabaja
durante toda la calurosa tarde.
Junto a sus rodillas, una pesada canasta
de melocotones dulces como Juno que ella recoge.
Ama su trabajo, ramas y raíces,
y el sudor honrado, ella bendice.
Madura y rica como cualquier fruto,
la luna llena en su vientre crece.
Sus brazos son fuertes,
Sus manos marrones.
Lo que Ella crea, lleno de vida, resplandece.
Ninguna reina mortal llevó jamás una corona tan fina…
mas a lo lejos, el invierno su cuchillo afila.
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